domingo, 10 de julio de 2016

Hola a todos chavales y bienvenidos al nuevo chat de One Piece Treasure Cruise - Global.

viernes, 8 de febrero de 2013

CAPITULO 4 - Pagina 4

- ¡Pablo! ¡¡Que coño pasa, reacciona ya!! - Dije gritandole
- E...esto no es un simple corte de frenos, es.... - dijo impresionado, cogiendo una carta que había encima de un dispositivo con luces rojas.
- Q...Que cojones es est... - dijo Pablo pensativo.
- ¡¡¡CORRED, CORRED, AL SUELO!!! - Dijo David gritando.
El dispositivo comenzó a dispararse sonando a un ritmo más rápido, Pablo echo a correr con la carta en la mano y nosotros nos alejamos hasta el principio de la carretera.
- No, no jodas que.... - dije impactado.
De golpe, el silencio se hizo en todo el bosque, el dispositivo comenzó a sonar *riiiiiiiiiiiiiiip* y de pronto se origino una explosión que destrozo todo el coche, violándolo en pedazos, quedando el coche carbonizado y destrozado.
- Mi...Mi coche.... - dije sin articular más palabra.
- Primo, ¿que cojones había en esa carta? ¡Y por que había una carta en el coche! - dijo David preocupado por lo que podía pasar.
De pronto vimos acercarse a Pablo con el pantalón un poco rasgado y llevaba en la mano la carta que se encontraba en el dispositivo.
- Toma la carta, parece un coche bomba en toda regla - dijo tosiendo.
- Esta carta tiene la misma señalización que la otra, sin duda la solución a todo debe estar aquí.... - dije mirando las cartas en el suelo sin saber si quería conocer la verdad.
- Pablo, ahora necesitamos irnos al hospital de la ciudad ¿podrías llevarnos? - dijo David tras ver que sangraba su pierna.
- Os puedo llevar en mi grúa, no creo que nadie nos impida el paso - dijo señalando a una funda de lo que debería ser una llave inglesa, en su lugar estaba una pistola con silenciador.
- Me duele mucho el brazo... - dije quejandome de mi brazo derecho, me subí la camiseta y vi que tenia una herida profunda en el brazo que no paraba de sangrar.
- Debemos irnos ya al Hospital - dijo David preocupado por mi salud.
De camino a Cáceres, mientras Pablo escuchaba su mp3 donde se encontraba una amplia variedad de canciones de Iron Maiden, yo y mi primo estábamos en los asientos traseros, David intento cortar la hemorragia con una venda apretando sobre la zona.
- D...Duele - dije en voz baja.
- Estas tan cerca...y ahora tan lejos...¿No crees que mover aguas te terminara matando?
- E...eso ya no importa, lo único que importa es que sepa la verdad sobre aquello y que se haga justicia...
- ¿Justicia? ¿Tras 5 años? Eso es imposible y lo sabes, dejalo y vive una vida en nuestra casa, vuelve a tu ciudad y descansa, deja la investigación, casi morimos
- D...dime una cosa David...¿Crees que todo esto que nos pasa es por lo que nos dejo los abuelos de herencia?
- No lo se, con su muerte nuestra ruina llego hasta que ese hombre nos compro el restaurante...
- S...sea como sea...debo recuperar...aquell... - dije antes de desmayarme.
- ¿Primo? ¡Primo! - grito David - Pablo, dale caña a esto, tenemos que llevarle al hospital ya
- Como mandes tío - dijo Pablo pisando el acelerador.
- Aguanta tío...no has soportado todo esto para acabar sin sangre por esto...
El coche avanzaba a toda prisa hacia la ciudad, mientras un desesperado David intentaba reanimar a un desmayado Sergio, con un brazo lleno de sangre debido a la explosión que hizo que se le clavase a presión un trozo de las ramas del árbol, produciéndole una hemorragia que no parecía parar nunca...
Los minutos eran horas y las horas años....

CAPITULO 4 - Pagina 3

Parecía fallar algo en el coche pero entendía por que, el coche no desaceleraba solo aceleraba más, llegamos a estar a 160 km/h en plena carretera sin control, el freno no funcionaba, en un arrebato, David cogió el volante y estrello el coche contra un árbol, al momento saltaron los airbargs.
- ¿Qu...Que cojones? - dije aturdido
- Uff casi no lo contamos - dijo David preocupado.
Salimos del coche que tenia el morro empotrado contra el árbol.
- ¿Y ahora que hacemos? - dije aturdido y preocupado.
- Llama a la grúa y llevalo a un mecánico - dijo David.
- A la Grúa...¿conoces algún mecánico de confianza? Este coche ha vivido mucho conmigo, es como mi hijo... - dije muy preocupado.
- Llama a Pablo Borela, es un mecánico de la ciudad que triunfo en Houston hace unos años - dijo David con seriedad
- ...¿Pablo Borela? Me suena ese nombre, le llamare pero la cosa es que sea como sea este lugar no es seguro y el coche puede haber sido trucado o peor... - dije preocupado marcando el número en el teléfono.
A los pocos minutos llego la grúa, se bajo el mecánico.
- Pablo Borela, mecánico a su servicio - dijo un joven chaval con un tono alegre.
Pablo Borela era un poco mas alto que yo, tenia una barba un tanto curiosa y un flequillo que llamaba la atención, era moreno con aspecto robusto, venia vestido con un mono de trabajo de mecánica.
- Mira, necesitamos tu ayuda para el coche tío, no se que ha podido pasar... - dije preocupado
- No hay reto que no pueda solucionar - dijo Pablo - aunque usted me suena mucho y su compañero también.
- No se de que... - dije aun preocupado por el coche
- Yo si que te recuerdo, Pablo Borela, yo soy David...un antiguo colega ¿te acuerdas? - dijo David con inmensa alegría al reconocerlo.
Comenzaron a darse abrazos y a contarse historias de series, en cambio mi primo no revelo mi identidad.
- Bueno David, voy a hacer mi trabajo - dijo Pablo mirando el coche. - Creo que lo tendríamos que llevar a mi taller... - dijo mirando el coche exteriormente.
De golpe empezó a oír un sonido *bep bep bep* desde el capó del coche, el sonido era lento y pausado, como si fuesen los latidos del corazón en reposo.
- Voy a ver si el motor ha sido dañado - dijo Pablo y al abrir el capó se quedo pálido de golpe...

domingo, 3 de febrero de 2013

CAPITULO 4 - Página 2


Un silencio incomodo se apodero de toda la cocina, en la sala no se oían las voces de mi primo y la chavala.
- ¿Quieres saber por qué compre esto? ¡Por qué era una ruina y me gustaba! - dijo con cierto pánico
- Dime que hiciste con todo lo que había aquí - dije amenazante
- Se lo llevo un hombre vestido de blanco hace unos meses, vino con una capa blanca, pensé que era cura pero en realidad parecía un lunático, quiso llevarse toda la basura - dijo pensativo
- Dime su nombre - dije acercándome a él - Dímelo ya.

CAPITULO 4 - Página 1

 - ¿Cómo? Todo lo que ves es MI propiedad, esos gilipollas no sabían lo que había aquí, estúpidos herederos... - dijo sin mirarme y sin caer en quien era.
- Repite eso... - dije asombrado a la par que bastante cabreado.
- ¡Acaso eres sordo joven! - dijo girándose y sin reconocerme grito ¡Que todo esto es propiedad mía, todo, desde la entrada hasta el retrete de los últimos cuartos de baños, esos dos primos fracasos eran puta mierda!
- ...

martes, 29 de enero de 2013

CAPITULO 3 - Página 4

En una hora llegamos al Restaurante "Ojos de Halcón", las afueras del restaurante habían sido mancilladas por la mano de ese hombre, no quedaba resquicio alguno del Serrano Cano, pero sí alguien que sabía todo. El jefe según comentó mi primo pago una cantidad de dinero desmesurada por un local muy abandonado por el paso de los años, ya que la compra fue hace un par de años. Sin duda ese interés era sospechoso.
Entramos al restaurante y una amable jovencita rubia de ojos castaños, con un cuerpo bastante definido, más alta que nosotros y con una ropa muy ceñida, nos atendió.
- Que desean ¿los señores?
- Uf...yo te desearía a ti... - dijo mi primo en voz baja.
Le golpe en el pecho con el codo - Mesa para dos, por favor - dije sin poder dejar de mirar sus voluminosas tetas.

CAPITULO 3 - Página 3


El sol entró por la vieja ventana como luz celestial, hacia una mañana esplendida, uno de esos rayos hizo abrir los ojos, confuso vi el móvil "Feliz Jueves Santo" ponía en la pantalla.
- Hoy es ¿Jueves Santo? - dije aún dormido.
El Jueves Santo en Cáceres es el inicio de una trilogía de días en las que las salidas y entradas a la ciudad se colapsan, son los días grandes, salir de la ciudad en estos días es algo impensable, la afluencia de público es masiva.
Me levante y fui a la ducha de mi habitación, tras ducharme vi que mi ropa no estaba en su sitio, baje en calzoncillos por la casa aún adormilado, se notaba por mi cara y por olvidar taparme la cicatriz.