viernes, 8 de febrero de 2013

CAPITULO 4 - Pagina 4

- ¡Pablo! ¡¡Que coño pasa, reacciona ya!! - Dije gritandole
- E...esto no es un simple corte de frenos, es.... - dijo impresionado, cogiendo una carta que había encima de un dispositivo con luces rojas.
- Q...Que cojones es est... - dijo Pablo pensativo.
- ¡¡¡CORRED, CORRED, AL SUELO!!! - Dijo David gritando.
El dispositivo comenzó a dispararse sonando a un ritmo más rápido, Pablo echo a correr con la carta en la mano y nosotros nos alejamos hasta el principio de la carretera.
- No, no jodas que.... - dije impactado.
De golpe, el silencio se hizo en todo el bosque, el dispositivo comenzó a sonar *riiiiiiiiiiiiiiip* y de pronto se origino una explosión que destrozo todo el coche, violándolo en pedazos, quedando el coche carbonizado y destrozado.
- Mi...Mi coche.... - dije sin articular más palabra.
- Primo, ¿que cojones había en esa carta? ¡Y por que había una carta en el coche! - dijo David preocupado por lo que podía pasar.
De pronto vimos acercarse a Pablo con el pantalón un poco rasgado y llevaba en la mano la carta que se encontraba en el dispositivo.
- Toma la carta, parece un coche bomba en toda regla - dijo tosiendo.
- Esta carta tiene la misma señalización que la otra, sin duda la solución a todo debe estar aquí.... - dije mirando las cartas en el suelo sin saber si quería conocer la verdad.
- Pablo, ahora necesitamos irnos al hospital de la ciudad ¿podrías llevarnos? - dijo David tras ver que sangraba su pierna.
- Os puedo llevar en mi grúa, no creo que nadie nos impida el paso - dijo señalando a una funda de lo que debería ser una llave inglesa, en su lugar estaba una pistola con silenciador.
- Me duele mucho el brazo... - dije quejandome de mi brazo derecho, me subí la camiseta y vi que tenia una herida profunda en el brazo que no paraba de sangrar.
- Debemos irnos ya al Hospital - dijo David preocupado por mi salud.
De camino a Cáceres, mientras Pablo escuchaba su mp3 donde se encontraba una amplia variedad de canciones de Iron Maiden, yo y mi primo estábamos en los asientos traseros, David intento cortar la hemorragia con una venda apretando sobre la zona.
- D...Duele - dije en voz baja.
- Estas tan cerca...y ahora tan lejos...¿No crees que mover aguas te terminara matando?
- E...eso ya no importa, lo único que importa es que sepa la verdad sobre aquello y que se haga justicia...
- ¿Justicia? ¿Tras 5 años? Eso es imposible y lo sabes, dejalo y vive una vida en nuestra casa, vuelve a tu ciudad y descansa, deja la investigación, casi morimos
- D...dime una cosa David...¿Crees que todo esto que nos pasa es por lo que nos dejo los abuelos de herencia?
- No lo se, con su muerte nuestra ruina llego hasta que ese hombre nos compro el restaurante...
- S...sea como sea...debo recuperar...aquell... - dije antes de desmayarme.
- ¿Primo? ¡Primo! - grito David - Pablo, dale caña a esto, tenemos que llevarle al hospital ya
- Como mandes tío - dijo Pablo pisando el acelerador.
- Aguanta tío...no has soportado todo esto para acabar sin sangre por esto...
El coche avanzaba a toda prisa hacia la ciudad, mientras un desesperado David intentaba reanimar a un desmayado Sergio, con un brazo lleno de sangre debido a la explosión que hizo que se le clavase a presión un trozo de las ramas del árbol, produciéndole una hemorragia que no parecía parar nunca...
Los minutos eran horas y las horas años....

CAPITULO 4 - Pagina 3

Parecía fallar algo en el coche pero entendía por que, el coche no desaceleraba solo aceleraba más, llegamos a estar a 160 km/h en plena carretera sin control, el freno no funcionaba, en un arrebato, David cogió el volante y estrello el coche contra un árbol, al momento saltaron los airbargs.
- ¿Qu...Que cojones? - dije aturdido
- Uff casi no lo contamos - dijo David preocupado.
Salimos del coche que tenia el morro empotrado contra el árbol.
- ¿Y ahora que hacemos? - dije aturdido y preocupado.
- Llama a la grúa y llevalo a un mecánico - dijo David.
- A la Grúa...¿conoces algún mecánico de confianza? Este coche ha vivido mucho conmigo, es como mi hijo... - dije muy preocupado.
- Llama a Pablo Borela, es un mecánico de la ciudad que triunfo en Houston hace unos años - dijo David con seriedad
- ...¿Pablo Borela? Me suena ese nombre, le llamare pero la cosa es que sea como sea este lugar no es seguro y el coche puede haber sido trucado o peor... - dije preocupado marcando el número en el teléfono.
A los pocos minutos llego la grúa, se bajo el mecánico.
- Pablo Borela, mecánico a su servicio - dijo un joven chaval con un tono alegre.
Pablo Borela era un poco mas alto que yo, tenia una barba un tanto curiosa y un flequillo que llamaba la atención, era moreno con aspecto robusto, venia vestido con un mono de trabajo de mecánica.
- Mira, necesitamos tu ayuda para el coche tío, no se que ha podido pasar... - dije preocupado
- No hay reto que no pueda solucionar - dijo Pablo - aunque usted me suena mucho y su compañero también.
- No se de que... - dije aun preocupado por el coche
- Yo si que te recuerdo, Pablo Borela, yo soy David...un antiguo colega ¿te acuerdas? - dijo David con inmensa alegría al reconocerlo.
Comenzaron a darse abrazos y a contarse historias de series, en cambio mi primo no revelo mi identidad.
- Bueno David, voy a hacer mi trabajo - dijo Pablo mirando el coche. - Creo que lo tendríamos que llevar a mi taller... - dijo mirando el coche exteriormente.
De golpe empezó a oír un sonido *bep bep bep* desde el capó del coche, el sonido era lento y pausado, como si fuesen los latidos del corazón en reposo.
- Voy a ver si el motor ha sido dañado - dijo Pablo y al abrir el capó se quedo pálido de golpe...

domingo, 3 de febrero de 2013

CAPITULO 4 - Página 2


Un silencio incomodo se apodero de toda la cocina, en la sala no se oían las voces de mi primo y la chavala.
- ¿Quieres saber por qué compre esto? ¡Por qué era una ruina y me gustaba! - dijo con cierto pánico
- Dime que hiciste con todo lo que había aquí - dije amenazante
- Se lo llevo un hombre vestido de blanco hace unos meses, vino con una capa blanca, pensé que era cura pero en realidad parecía un lunático, quiso llevarse toda la basura - dijo pensativo
- Dime su nombre - dije acercándome a él - Dímelo ya.

CAPITULO 4 - Página 1

 - ¿Cómo? Todo lo que ves es MI propiedad, esos gilipollas no sabían lo que había aquí, estúpidos herederos... - dijo sin mirarme y sin caer en quien era.
- Repite eso... - dije asombrado a la par que bastante cabreado.
- ¡Acaso eres sordo joven! - dijo girándose y sin reconocerme grito ¡Que todo esto es propiedad mía, todo, desde la entrada hasta el retrete de los últimos cuartos de baños, esos dos primos fracasos eran puta mierda!
- ...