Era una fria tarde de enero
el sol timido se escondia
la luna sin miedo salia
Me hizo jurar que nunca pasaria
y paso, y volvio a pasar
su pelo al viento, sus labios de caramelo
me volvieron a besar.
Sus ojos de canela, su piel de deseo
me volvi loco de pensar...
Me dio las gracias
el tiempo parecia durar más...
Con un beso, un te quiero
y un adios para recordar....
En mi jóven pecho
su amor, para siempre durara...